Conocemos las múltiples virtudes y prestaciones del SEAT Tarraco, pero lo hemos enfrentado a una duna del desierto de Merzouga. El SUV de SEAT frente a una duna de más de 100 metros, con una inclinación de 60 grados y toneladas de arena bajo sus ruedas. ¿Alguna duda de quién ha ganado el duelo?
Ahora que ya sabemos que el SEAT Tarraco es capaz de superar una duna, ¿por qué no saber cómo hacerlo nosotros con nuestro SUV? Stefan Ilijevic, responsable de Pre-desarrollo, Patentes e Innovación de SEAT nos da las claves para hacerlo.
Cómo superar una duna con el SEAT Tarraco
1. Reducir la presión de los neumáticos, entorno a unos 1,5 bares. Así tendremos mayor contacto entre las ruedas y la superficie y mejor tracción, para seguir avanzando con el coche.
2. Desactivar el Control Electrónico de Estabilidad (ESC), uno de los asistentes con los que cuenta el SEAT Tarraco, para que no se bloqueen las ruedas y sigan buscando la tracción del terreno.
3. Para superar una duna es imprescindible que el vehículo tenga tracción a las cuatro ruedas. Además, el SEAT Tarraco cuenta con 6 modos de conducción: en este caso activaremos el off road, el que mejor se adapta a cualquier terreno.
4. Es necesario entrar en la duna con inclinación diagonal y siempre acelerando. Hacer uso solo de marchas cortas (la primera y la segunda), ya que así obtendremos la máxima potencia ante un terreno inestable y con pendientes pronunciadas.
5. No hay que frenar al subir la duna, ya que corremos el riesgo de quedarnos atascados. Utilizaremos el freno una vez superada la parte central de la cima, desde donde aprovecharemos el ritmo para afrontar la siguiente subida.
6. Para finalizar, se recomienda coger las dunas ligeramente apartado de las roderas de otros coches y conducir a una velocidad entre 20 y 30 km/h, para evitar quedarnos encallados. Manejar el coche de manera suave evitará que el arrastre arena y se forme una nueva duna.
Desde JR Valle, tu SEAT en Valencia, esperamos que estas recomendaciones os hayan sido útiles, si bien deseamos que no tengáis que ponerlas nunca en práctica.
